Porque la vida se nos ha vuelto una constante y rutinaria contradicción, entre el que decir y el que callar, entre lo dicho que debió ser callado y el silencio que nunca debió ser. Entre recordar ser feliz y olvidar como hacerlo hay 2 segundos de diferencia: uno en el que sonríes y otro en el que ya no. Y como los mañanas son muchos, los ayeres abundan y el hoy escasea, mas vale que sea ahora cuando finalmente recuerde que el mundo seguirá siendo mundo y no se hará menos nunca, se hará cada vez mas grande… Antes de perdernos en el, antes de que la claustrofobia nos invada es mejor mirar al cielo que es grande y estés donde estés, bajo un mismo cielo siempre estarás parado. Olvida al olvido y deja que se disipe hasta no tener forma, color ni rostro, recuérdate a ti mismo porque entre un mar de caras y afectos es tan fácil perderse en lo ajeno dejando ir lo propio.
Y la esencia de todo se vuelve insignificante cuando recordamos que somos la perfecta contradicción, donde convergen todas las ciencias y filosofías aplicables, donde todos tenemos una verdad propia, irrefutable, incalculable, indestructible...
Así que en los dos segundos siguientes por favor, no olvides sonreír y si ya recordaste como no dejes que el olvido le gane al valor incalculable que la sonrisa nos da, a pesar de los golpes, las derrotas, las caídas, las tristezas, no olvides que este sigue siendo un mundo muy hermoso.
